9 may 2016

20 de abril del '16

A veces los sueños se pueden hacer realidad, basta con hacer la maleta, ir al aeropuerto y subirse al avión. Ya está. Tres simples pasos con los que un sueño se puede cumplir. Pero a veces no todo es tan sencillo aunque lo parezca. A veces para que se cumpla otro tipo de sueño tienes que deshacer la maleta, no ir al aeropuerto y perder el avión. Y a veces, solo a veces, en un mismo día debes elegir solo un sueño, solo un sueño para cumplir ese justo día. Eso no quiere decir que el sueño que vayas a dejar no lo puedas cumplir nunca en tu vida, pero sabes a ciencia cierta que ese día, el que cabría la posibilidad que se cumpliera, no lo hará.
Así que escojo no preparar la maleta, quedarme en casa y perder el avión. Es lo más sensato. Sonrío por el sueño que se cumple pero a la vez lloro por el que no se hace realidad. Ya habrá otra ocasión. Siempre hay otra ocasión ¿no?

Un amigo me da dos entradas de fútbol aunque no me gusta nada el fútbol, a él tampoco, por eso se quiere deshacer de ellas. Siento una gran curiosidad por saber cómo será el estadio por dentro y las acepto. Llegamos al comienzo del segundo tiempo, he escuchado por la calle que la gente gritaba 'gol' unas cinco veces. Subimos un montón de escaleras y estamos arriba del todo. Cuando veo el césped por dentro todo es grande e inmenso. Más grande de lo que podría imaginar. Nos sentamos en los dos primeros bancos que vemos libres. Los jugadores se ven más pequeños que los de un futbolín. Estoy tan alta que parece que pueda volar, la verdad es que es la sensación más cercana a poder volar. Y eso también es como cumplir medio sueño. Sin gustarme el fútbol vivo las sensaciones aunque no sea de ningún equipo, grito 'uy' cuando el balón se acerca a la portería, y me levanto del asiento cuando parece que vayan a marcar gol. Empiezo la ola y la termino, nunca había visto un estadio hacer la ola completa. Nunca había visto un estadio.

foto propia
                                                                                                  

Hay sueños que se cumplen que ni siquiera habías deseado. Y eso está bien también.

4 comentarios:

  1. Me has hecho recordar la primera vez que pisé un estadio, con mis padres. Qué emocionante fue, qué emocionante ha sido leerte también.

    Un abrazo.
    13

    ResponderEliminar
  2. Me has recordado la vez que pisé un campo de fútbol de noche, totalmente vacío, y corrí de portería a portería.
    Espero que ese sueño que no se cumplió lo haga dentro de poco (y muchas gracias por el comentario de ánimo que dejaste en mi última entrada).

    (sonrisa de elefante)

    ResponderEliminar
  3. Qué bonito es descubrir sueños que no eran sueños cuando se cumplen.
    Nunca he pisado un estadio, aunque me guste el fútbol (depende), pero me imagino la sensación, la has transmitido, y es preciosa.

    Ojalá se cumplan muchos más.

    Un abrazo,
    S.

    ResponderEliminar
  4. No me gusta demasiado el fútbol, pero es cierto que cuando lo ves en directo cambian mucho las cosas, aunque sólo sea porque todos los demás te meten las ganas en el cuerpo y te ves gritando los goles de un equipo que nunca has considerado tuyo.

    me ha encantado esta entrada, me has hecho recordar momentos bonitos ♥

    ResponderEliminar

Todo lo leído puede ser real o fantasía, puede ser vivido o imaginado, puede doler y hacerte sonreír tontamente. Yo al menos sentiré todo lo que escribo, si te atreves dime al menos lo que has sentido tú.